3 de agosto de 2006

Cagandola se Aprende



De lo que hablaré hoy día es quizás algo muy personal, pero quiero que sirva a alguna persona si lo esta leyendo. Creo que uno en la vida se embarca en grandes proyectos, que sin duda ocupan gran parte de nuestro tiempo, de nuestra capacidad, de nuestro dinero, e incluso de nuestra salud. Es muy agradable ver que nuestros sueños y proyectos más anhelados se cumplen y que llegan a buen puerto. También es muy agradable ver como el resto de las personas comparte con nosotros la alegría de cumplir con esos objetivos, que pueden ser muy diversos, desde juntar plata para una casa nueva, estudiar en la universidad, formar una familia, poner una empresa, independizarse o incluso superar algún problema personal o familiar. El problema creo que surge cuando nos damos cuenta que ese objetivo o meta no era el que queríamos cumplir. ¿Somos tan valientes para reconocer que no era lo que queríamos?, ¿Están todos con nosotros compartiendo la pena y la desazón por haberse equivocado? En nuestra sociedad estamos acostumbrados a felicitar a los que cumplen sus metas o que tienen una vida “exitosa”, pero vaya que no lo estamos para felicitar al que tiene la valentía para reconocer que se equivoco, que se cayó y quiere volver a pararse y dar la cara. Incluso yo que hablo de esto, estuve mucho tiempo calificando a las personas dependiendo de lo “exitosa” que había sido su vida. Creo que me estoy dando cuanta que lo importante no es llegar primero, sino que saber llegar (y que viva México cabrones, jajaja). Vaya que es importante una palmadita en la espalda a la gente que decide empezar denuevo y tiene la valentia de decirlo. A todos mis amigos que lean esto, sepan que los felicito por tratar de empezar de cero, haciendo lo que verdaderamente los hace felices.

1 comentario:

C. dijo...

Pta JuanCa, filo con "cagarla". Creo que la gran cagá es no darse cuenta y terminar amargándose.

Te lo dice alguien que sabe de sensaciones de error y fracaso, pero con algo de esperanza aún.

Besos, mi compadre.

Carola