27 de marzo de 2010

Belleza Express

Si definimos la belleza como la propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual (RAE), todos podemos ser bellos, es solo cosa de proponérselo.

El amor a primera vista, por ejemplo, sería una mera atracción de la apariencia y de la personalidad de presentación. Esa careta que todos tomamos cuando conocemos a una persona, pero que con el tiempo se va desmoronando y deja a la vista todos los matices de nuestro carácter. Eso significa que una persona es bella a primera vista, pero con el tiempo puede dejar de serlo. La belleza por lo tanto es solo un estado que cambia y muta constantemente, pero no siempre para peor.

Muchas veces hemos conocido personas feas físicamente, que nos provocan incluso cierto rechazo. Pero con el tiempo, nos damos cuenta de su gran belleza espiritual. Un carácter admirable, una bondad sin límites, un corazón aguerrido o incluso una actitud optimista pueden ser mas hermosos que unos ojos grandes, un cuerpo armónico o un rostro angelical.

El problema es que descubrir esas características toma su tiempo, sobretodo en esta sociedad de las apariencias y la inmediatez. Nos volvemos locos por la cantidad, pero no por la calidad. Mucha gente, muchas caras, pero pocos corazones son los que realmente llegamos a conocer.

¿Es feo un perro callejero que te mueve la cola y te alegra el día? ¿Es feo un abuelo que cuenta una historia y te aconseja sobre la vida? ¿Es fea tu casa vieja, esa misma que al llegar te impregna con el aroma del hogar? Seguramente la respuesta es no ¿Es fea esa rubia que te mira con indiferencia? ¿Son feos esos "amigos" que te hacen sentir inferior? Respóndanse eso ustedes.

Volviendo a la definición de diccionario para belleza, propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual en ningún lugar habla de la belleza física. Y es más, podemos deducir que cualquier cosa amada es bella, o toda cosa bella debe ser amada. Entonces, si alguien te ama, es porque eres bello. Si te aman tus padres, tus amigos, tus hermanos, si te ama Dios cuando eres creyente , entonces eres bello, o por lo menos potencialmente podrías llegar a serlo.


"La belleza que atrae, rara vez coincide con la belleza que enamora."
José Ortega y Gasset

26 de marzo de 2010

Chileno Oportunista Terremotero Socialmente Farandulero



Como muchos saben, el pasado sábado 27 de febrero uno de los terremotos más fuertes de la historia sacudió el sur de Chile. Inmediatamente muchas manos solidarias comenzaron a organizarse para ayudar a los más afectados. Jóvenes universitarios y estudiantes de educación media en su mayoría corrieron a locales que recolectaban ropa y comida para asistir a los más afectados.

Todo bien dentro de lo posible, pensé. Pero ¿donde han estado todas esas manos caritativas durante estos 25 años que pasaron desde el ultimo terremoto fuerte? La respuesta vino rápida y fácil, en ninguna parte, no existían. Y es que somos socialmente faranduleros, nos gusta ayudar cuando todos lo hacen, cuando están las cámaras, cuando los ojos del mundo están puestos sobre el país. Pasaron años en que las desigualdades sociales, los vicios de la modernidad, la miseria y el desigual crecimiento económico golpearon fuerte a miles de personas, sin que salieran cadenas de ayuda. Es fácil ayudar cuando el terremoto nos golpeo a todos, cuando nos dimos cuanta de que si fue fuerte, cuando por lo menos nos zarandeó un poquito. Pero pasaron décadas para darnos cuenta de que hay gente que sufre mucho, que no tiene oportunidades.

No sabemos ponernos en el lugar de otros (empatía creo que se llama). Los pobres son pobres porque ellos lo eligieron así, es culpa de sus padres, de la mala educación...muchos años escuchando ese famoso cántico. Ahora, era ridículamente abstracto apuntar a la tierra y para los creyentes muy sacrílego apuntar al cielo. Así que ayudar en este momento era cool. Pero los veinticinco años anteriores, el país cayó en un torbellino de paja colectiva. El Estado o Dios, dependiendo de la creencia, proveerá.

Como dijo el Periodista mexicano Jorge Ramos, el terremoto develó los dos Chile tras el terremoto. Pero para mi, no es un Chile pobre y uno rico. Es un Chile que le da paja y otro Chile que vive eternamente quejándose de su miseria. Y lo peor es que definitivamente el primero es indiferente ante el segundo y el ultimo odia a todos los que tienen un poquito más.

Ojalá nos demos cuenta de que siempre hay gente que necesita una mano y una oportunidad, no solo cuando las cámaras nos muestran esforzándonos, ni cuando la tierra nos jode la vida un rato.